Este semestre, tuvimos esa oportunidad de poder desarrollar cada una de nuestras ideas acompañados de un elemento muy interesante, la música. Implicaba un crecimiento muy grande enfocarnos a algo tan importante como lo es la música, que no solo era un ejercicio de cómo hacer arquitectura, sino a algo que como oaxaqueños nos hacía pensar en tratar de rescatar esas costumbres y tradiciones que se han ido perdiendo, desde un principio había que prestar atención a las condicionantes que se brindaban para desarrollar el proceso de diseño, al ser nuestro estado de Oaxaca uno de los más importantes en el ámbito cultural y tener a la música de viento como la más importante muestra de folklor. Fue también interesante el ver como atraves de un concepto puedes basarte para poder encaminarte a cada una de las etapas del diseño, y como atraves de los esquemas de diseño, vas plasmando cada una de las ideas que se te presentan, siendo uno de los puntos fuertes para alguien que pretende crear arquitectura. Todo esto lo depositamos en la fase de anteproyecto, para muchos, una de las fases más importantes del proceso de diseño, en la que se exponen las tres fases anteriores don mayor sensatez y formalidad, todo lo vivido en este semestre fue una nueva manera para mí de cómo poder realizar un proceso de diseño y llegar a un mejor resultado.
Si bien el quehacer del arquitecto es la de crear espacios habitables para el ser humano, su labor va mas allá, debe de transmitir en cada uno de ellos la sensación, de la arquitectura en la que debe aplicar cada uno de los sentidos para poder transmitir a los usuarios que están en un espacio concebido para eso.
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